Alquimia del dolor

Poema extraído de Ritual, próxima aparición en Ediciones Amargord (otoño 2010)


Alquimia del dolor


I

En nada yo, bujía
de cuerpo y engaño—
hervidero de soledad.


II

sumergiendo venenos
y esparciendo el dolor
a voluntad de la noche.


III

De quién con el sonido detrás respira
el tacto y bebe la mirada—


IV

O se ajusta lo que más amó
(qué sabemos lo que más amamos)
contra el pecho de todo lo perdido.


V

Ese que, evidentemente, me ciñe
en asfixia viva
en desencanto vivo,


VI

en tantas alucinaciones
sin materia

aunque penetra por las fisuras
del movimiento.


VII

La distancia lleva a lo extraño
y lo extraño a mí.


VIII

Un anochecer de certezas—
Una sobrevida temblando por encima de lo real.


IX

Porque hace tiempo que lo propio
nebulosamente propio
codicia el párpado de la fuga—

X

Marcha hacia el confín acre
y la rambla del resucitado—
(Hay perversidades en el resucitado
del mismo modo que las hay en el confín).


XI

Fiero trabajo de animal
más allá de su doctrina y desgaste.


XII

No sé. Quizá sedimente el frío
cuando cerremos
la unidad y arrasemos con todo.


XIII

Áspero. Transfigurado. Atroz
incluso. Una aporía becketiana.


XIV

Pero después de tanto arreglo
tanto vaciarse dentro del espacio señorial
de la mansedumbre, quizá sean subversión
lo mestizo y desorden la espantada.


XV

Furia de bestias contra los cálculos.
Pasillos vibrantes contra un desayuno part-time.


XVI

No sé. Quizá la transparencia se incube
el día que nuestra cartera (a palos)
se entregue a la palabra.

El propicio día que vuestro detalle
no relumbre (fuego fatuo)
detrás de la memoria.


XVII

Ahora todo deviene espectáculo.
Caminito del simulacro.

Otra cosa el dolor (¿te acuerdas?)
del que sabemos tan poco
y es tangible
y muerde.


XVIII

Sé, quizá no haya rompiente
en la costa. Acoplado todo a una bodega
de insectos y tierra.


XIX

Tampoco eso es certeza—
Sucede el desplazamiento,
la asonada,
el desborde.

Suceden los ojos en aullido.


XX

Como una cavadura
sin hallazgo
que a sí misma se contiene.


XXI

Para entonces
hiato que ronda la niebla.



E.G.L.

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