POE-DIVERSIDAD: MARTÍN RODRÍGUEZ-GAONA, PILAR FRAILE AMADOR, MIGUEL PÉREZ ALVARADO E IKER MARTÍNEZ
La poesía en España atraviesa un momento, a mi juicio, vigoroso. La diversidad, la heterogeneidad, el desborde de patrones y cierres normativos no parece haberse acabado, a pesar de ciertas intentonas atemporales y espurias. La muestra de poéticas que quiero traer hoy reflejan con generosidad esta "poe-diversidad" de la que hablaba. Se trata de cuatro escritores muy distintos, con anhelos y búsquedas bien diferentes, pero en todos ellos anida el impulso por ensanchar las posibilidades del canto, la reflexión poemática, la interconexión con los viajes interiores y exteriores.
Y quiero comenzar con este "Codex de los poderes y los encantos" (Olifante, 2011) del peruano-español Martín Rodríguez-Gaona, libro escrito en Soria en el marco de la III Beca Internacional Antonio Machado y del que su prologuista, Manuel Rico, ha señalado que "tiene mucho de mosaico, de palimpsesto en el que conviven tiempos distintos, ciudades situadas en las antípodas, ambientes urbanos del presente y espacios rurales del pasado, realidades políticas y realidades íntimas". Les dejo un fragmento del poema III. EL VIAJE DE LOS MITIMAES (disculpen porque el formato del blog no me permite traducir, de forma literal, la disposición física de los versos), que va precedido de la siguiente cita: Cuando la católica fe, desterrada de Inglaterra y del septentrión, se va de un polo a otro a residir con las antípodas.
Dispuesto el objetivo a capturar un gesto alegre,
la música se pierde en lo profundo del mar.
Hace calor y no es necesariamente el respeto
a la vida animal lo que ha guiado mi patrón alimenticio.
¿Cómo se supone que he de hablar de aquello
que no se descubrió?
Seres y objetos están en movimiento, mezclándose y cambiando,
apareciendo y desapareciendo, plegándose,
despegando. Las frases se funden, viajan
y se pierden unas de otras.
El amor es un intercambio de lenguas.
¿Quién busca quedarse inmóvil
si puede alcanzar los límites, tocar el horizonte,
su barco ebrio, explorar las líneas de la costa?
1987, verano, hemisfero norte:
Estás en el jardín de tu
familia-inglesa-de-clase-obrera,
es un día soleado y te sientes deportiva.
La cabellera al viento
y los ojos clavados en el vacío.
El atuendo escogido es una combinación
de celeste y rosado,
pero las extremidades son fuertes,
hechas para saltar vallas
y dejar huellas.
Una nube te transporta
a un punto sin retorno:
Piensas en el futuro.
LAS FIESTAS EN BATH
LAS NOCHES EN PARÍS
LA LLUVIA EN AMSTERDAM
Allí donde al fin no importe tu belleza,
la feroz necesidad de amar.
Qué poco tengo para contar, Pies
viajeros,
o que alguien quiera oír
hoy en día-
Ese aroma
imposible de nombrar:
espero pronto te abandone
y amanezcas varada como un trapo sucio.
[...]
Continuamos con la poeta madrileña Pilar Fraile. Estamos ante una de las voces más desasosegantes del panorama. Una voz herida que profundiza (como señala el propio título) en los abismos subterráneos, desoyendo cualquier advertencia de contención, problematizando los símbolos colectivos a modo de placebo. Antonio Méndez Rubio, prologuista del libro, ya nos pone sobre aviso: "Pilar Fraile nos ayuda a saberlo: que vivimos de signos desconocidos, con ellos, que dormimos en ellos porque nos dan la confianza que el conocimiento no ha podido, o no ha sabido darnos en todo este tiempo. El tiempo de los vivos, pero no solamente el tiempo." A continuación transcribiré dos poemas de su "La Pecera Subterránea" (Amargord, 2011).
6
Debajo de las uñas, entre el vello más oculto tengo
memorias microscópicas. Como si fuera de goma estiro mis
muslos, hablo con sonidos desconocidos, me esfuerzo,
imito una sonrisa. Para ocultar mis minúsculas
memorias trinchera
memorias paritorios a la intemperie
memorias marcas de la soga en la cerviz
memorias madre amasando pan
madre tosiendo bajo las sábanas oscuras
madre no rezando.
28
Una carretera helada donde los mosquitos petrificados
duermen entre burbujas resplandecientes
somos los pétalos grises
un grito continuo como el grito de los animales que nacen
el enjambre que no ha dejado nunca de buscar cobijo
las roderas de un carro en el lodo congelado de febrero y
un perro que ladra bajo las ruedas.
Y acabamos con dos escritores (uno canario y otro vasco), Miguel Pérez Alvarado (de quién recientemente ya hemos hablado en este blog) e Iker Martínez. En esta ocasión nos ofrecen un diálogo a dos voces: "Abordajes" (del primero) seguido de "Ritmo" (del segundo), ambos en la excelente editorial canaria Idea (2011). Nos encontramos ante un coloquio poemático, conceptual, de gran intensidad y emoción. El propio ejercicio de la escritura y sus tensiones con el contexto humano, con la propia fragilidad del decir y el pensar. Copiaré a continuación apenas un par de fragmentos de cada uno. Espero que los disfruten tanto como yo.
De "Abordajes":
15. La palabra poética despliega la tensión entre la palabra necesaria y la palabra derrotada. Es un estar en fruición con ellas a un tiempo, es decir, hacia afuera del tiempo.
39. Pregunta central en medio del impulso del viaje: ¿nombrar, sentir, visualizar el hogar es mirar hacia atrás o hacia delante?
De "Ritmo":
Tampoco la poesía y filosofía pueden vincularse en esencia al pensamiento o a la razón. ¿Por qué pensamiento? Ni poesía ni filosofía se dignifican asimilándolas al pensamiento acaparador, monopolizador, siempre en busca de una verdad unitaria, inamovible, completa. Él sí disfruta con esta asimilación, rebosa poder, pero abrasa la mirada poética. La despoja de la verdad -fragmento que todo territorio expresa rítmicamente.
(...)
Poesía y filosofía son aliento para la mirada poética: acuden siempre nuevamente para percibir lo originario que ésta encierra. Y en el regreso son capaces de captar con precisión un ritmo, núcleo activo de la vivencia. Vinculadas de esta forma con la necesidad, filosofía y poesía expresan la verdad de la vivencia, la máxima intensidad de la sagrada oración que transcurre entre sus límites.
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