SERES DE LENGUAJE




Los domingos por la mañana se han vuelto, de un tiempo a esta parte, el único momento en que puedo visitar esta bitácora con cierta tranquilidad. Reposar algunas lecturas que se han ido dando a lo largo de las semanas (menos de las que querría últimamente), y decir algo sobre ellas. Pero hoy no ha sido así. Hoy no me ha urgido el apuro de “decir”, sino más bien de escuchar, de abandonarme a los textos en su propia sustancia, sin mediaciones. Me he levantado, he vuelto a rozar algunos libros que han ido apareciendo en mi biblioteca a lo largo de los últimos meses, y me he zambullido en la lectura de varios poemas al azar, sin ninguna conexión entre sí. Se trata de libros muy distintos. Resultado de poéticas incluso antagónicas. Una muestra minúscula de los muchos caminos por los que transita la poesía contemporánea hecha en nuestro país. Materiales que tientan parcelas del idioma y realidad heteróclitas. No he tratado, como otras veces, de hilvanar hilos de lectura que conectaran esas obras. Todo lo contrario. Me he abandonado al placer desnudo de componer internamente una suerte de mini antología sin más criterio que el propio “perdedero” (como diría Ignacio Aldecoa). Leía un poema, me quedaba colgado en él durante varios minutos, extrañado, asistiendo al milagro de la invención de un universo, como si todo escritor buscara propiciar un idioma particular (como nos recuerda Ricardo Piglia). Tomaba otro poema, y acudían a mí imágenes, sensaciones, nuevas perplejidades. La exterioridad incontestable se iba desfigurando, desajustándose, hasta borrar los límites de su propia inmanencia. Reincidía en un tercer poema. Y otra vez esa misma sensación de desacople, de salir de uno mismo para sumergirse en la alteridad. Ya lo decían los zapatistas en 1994. Un mundo donde quepan muchos mundos. Así estuve durante un buen rato hoy. Y tras pasar parte de la mañana vagabundeando librescamente de aquí para allá, llego a la conclusión de que, quizá, la poesía solo es eso. Una perturbación del lenguaje. Un “rondar el otro lado de las cosas” (tal y como cantara Lorca). Más allá de filologías y ensayos críticos, mi experiencia lectora desde niño siempre ha encontrado en los textos algo que no era posible codificar ni subsumir bajo la infinita apisonadora de lo evidente. Leer ha sido siempre (al menos para mí) un dejarse llevar por la presencia de lo ignoto, por el rumbo abierto hacia un lugar que apenas intuimos. Tomar libros, entrar en ellos, dejarse embridar por su pulsión, se vuelve una de las mejores formas (no la única) de tomar distancia con respecto a uno mismo, y de reconocer que nos pueblan muchas lenguas, muchos cuerpos, muchos mundos posibles. Pero iré más allá. No se trata solo de hacer un hueco a la otredad en el descanso de uno mismo, sino de instalar lo precario, lo-radicalmente-otro, como parte constitutiva del self, en la medida que lo más precario, lo más contingente, lo más inestable (y al mismo tiempo lo más sólido y poderoso que tenemos) es nuestra condición de “seres de lenguaje”. Esta mañana cuatro autores y cuatro libros me han recordado que somos esos seres de lenguaje, y que la lengua no nos viene dada, sino que hay que lucharla, hay que ganarla, pues en cada palabra nos jugamos nuestra identidad, nuestra condición de existencia, nuestra voluntad. He tenido miedo. Y al mismo tiempo, me he sentido feliz.




FISURA

La pintura rota en los labios
agrietada en los ojos.
El mundo había cambiado de paisaje; lo dibujas a mi lado
y me sorprende su negación en la ventanilla.
Lo que vemos persigue su destrucción. Esparces las raíces de túneles
como sujeciones. No sé si el escroto aguantará el peso
del párpado en la llanura.

Lo que dura la luz, lo que tardas en volver.

El vidrio en bocanada hacia la mortaja. Pero también encajar el aire
en la patética imagen de ídolo; la cabellera y su movilidad de cíclope.

Me cambio por ti
en el descenso. Apoyado
en el péndulo, oscila y me salva, oscila y me sumerge.
Perdidas las cuerdas, amarre terrestre frente a lo hostil.
Esperar algo con los ojos.
como se quiere,
                        recortando,
si desprecio. Movimiento: trato de averiguar si cambiaste de posición
o de siglo.

El deslinde es circunstancial, una marca para que serpentee el sol.
Niegas lo evidente. Siempre se niega lo evidente por falta
de pruebas. Las leyes no funcionan, algunas me sirven
para decir cafetera, surtidor, naturaleza. Dividir lo homogéneo
en lugar de entenderlo. Me muevo,
trato de averiguar. Las nubes también se mueven y al revés:
la rotación. Necesitas oírlo para que sea legible. Golpeas la central eólica.
Querías cortar el aire, ser tajante después de girar,
apenas tres movimientos y subía el vaho
del asfalto. Trazas una diagonal, un pájaro
de sentido sobre el aspa. Afónica comes manzana.
Tocar la tierra y su orientación.
Los ojos siguen del matorral a la ladera
el vuelo. En la niebla,
destellos de una habitación casi a oscuras.

PABLO LÓPEZ CARBALLO




AIRE
… no entiendo la repugnancia sobre el uso del gas.
Apoyo firmemente el uso del gas contra tribus incivilizadas.
                                               Winston Churchill

No tenemos ninguna convicción
salvo la respiración enardecida.

Y el aire que sigue su riguroso quehacer.

Bate una multitud cuando se agita.
Está azorado. Desencajado.
Y de tanto girar se desmadeja.

Irrumpe una algarada de viento:
no trae legiones, no traer timbales
ni estandartes ni ojivas.

Se vale de sí
de su propio aliento desfigurado
aire de aire.

Lleva una riada mostaza
que el viento mueve, esparce y desordena.

Nos envuelve en su marisma de niebla
bajo su manto nos calcina
como la nieve entretejida
como el retumbo del agua.

No tiene esqueleto.
Ni mecánica. Ni superficie.
Es un silbido
amarillo de Siena.
Un ardor que carda los cuerpos.

Pero me han dado
una copa de viento:
¿no la he de apurar?

VIVIANA PALETTA





14
: diálogo-no :

-»»… «Yo-Nunca-Estuve-Allí» le dice (a) «Cuando-Nadie-Escribe»:
            // Hemos perdido:
            Mucho más:
            (de) lo que somos capaces:
            (de) comprender //:

-»»… &: «Yo-Nunca-Estuve-Allí»: inmediatamente piensa (en) (por) qué «Cuando-Nadie-Escribe» no deja (en) paz al destino:

MAMS [Miguel Ángel Muñoz Sanjuán]





LA VERDAD DE LAS MENTIRAS

Halla cicatrices de rencor en lo que creía ser aptitud
para entender a los demás. Percibe olor a tedio en
la sensación que llamó reposo. Se da cuenta que
puede ser celosa, envidiosa, pesimista.

La ansiedad no es ya la capacidad de hacer varias cosas
al mismo tiempo.

Se acuerda de algo que leyó en algún sitio alguna vez,
que nos construimos disfrazando lo que somos.

MARI LUZ ESTEBAN

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