GRAMOS, DE JOSÉ MARÍA CASTRILLÓN


La editorial asturiana TREA viene, desde hace años, construyendo una de las colecciones de poesía más interesantes y exigentes del país. Nombres como Esther Ramón, María do Cebreiro, Luis Muñiz, Eli Tolaretxipi, han visto aparecer sus libros en este sello junto a nombres internacionales de la altura de Philippe Jaccottet, Józef Baran o el mismísimo Hart Crane (cuya recuperación de "El puente" fue, sin duda, uno de los hechos editoriales más sugerentes de los últimos años). En esta ocasión me gustaría proponer el trabajo del poeta asturiano José María Castrillón y su "gramos" (2010). Nos encontramos ante un libro fértil, desnudo, condensado en poemas breves que, sin embargo, acumulan una intensísima carga emocional. Se trata de una poesía que parece nacer del espacio más secreto, casi sordina, pero que enraíza el dolor y la fragilidad de lo vivo de manera esencial. Podrían aplicársele muchos adjetivos a su trabajo, mas para no aburrirles con mis comentarios casi prefiero que hablen los poemas por sí mismos. No obstante, quisiera antes acercarles el texto de la contracubierta que resume de forma muy acertada lo que gramos implica:

"Si hay suerte y uno apuesta por la vida, se puede transformar el dolor en un canto. El canto dice: la sangre apostada a un diente de leche. El canto dice: has dejado caer la cabeza en el agua. gramos no es tanto un acontecimiento doloroso como su atmósfera. No la cosa en sí sino lo que desaloja. Las imágenes que los ojos absorben en él nos devuelven nuestro mundo primigenio de carne y piel. Los estímulos que capta el ojo actúan en defensa del propio ser. Gramos separan la vida de la muerte. Pero gramos es un libro que abriga, que te ampara desde su lenguaje privado."

Y ahora algunos espléndidos poemas...

MARCAS

su sien venosa era lo que yo no había visto
azulada
marca
feraz
cielo donde crecer a solas

*

la asolación en torno a su sexo tiene el apremio del ave del recién llegado

*

una puesta diminuta de huevas negras en sus uñas
joven cavador
cachorro descreído

*

no puedo seguirte espíritu nicño por el camino del cazador que entierra su propia carne
para atraer a la pieza mejor la más sagaz



ni sangre ni ceniza especian los sueños
si has abandonado los rituales de la muerte
a un surco de tristeza
al calendario de las lluvias
a un pulmón de acero
y no sé hijo cómo llevarte los dedos por la arena
tu muerte
dibujando
no sé cómo entregarte
nuestra incierta forma de
vivir


PIDGIN

nunca has bajado a los puertos
donde luz no vale al peso más que insomnio
y sueño se pronuncia entre las manos

comienza por ellas
por su impudicia
de entarimado viejo
por el saqueo de gramos que abrasarán tu lengua

después vendrá la voz
sonámbula
ensalivada de alcoholes nuevos

ve
porque eres el amor en lo que dejas
y confía

alguien dará con tu casa tu boca y tu dolor


CITA

en algún extremo de mi vida sigue esperándome el animal al que sujetan quieto y clavan al suelo quieto así para que no llore yo sobre su grupa


AMANECER

la sencillez del sueño
su leche furtiva
dejó las huellas del cojitranco
vivir

si no se hicieron oración
aún queda arena por tu cuerpo
y algo de su consuelo infértil
te atará los pies a lo que fuiste
ayer

y en eso
otro día


UMBRAL

el hombre que abre la puerta y todo lo confía
a su insaciable perdón
las huchas tristes de este instante
cortado de su mano
al cerrar


José María Castrillón (Avilés, 1966) es doctor en filología hispánica por la Universidad de Oviedo. Ha publicado los poemarios La sonrisa de un delfín (1991), Animal de compañía (1998), La vieja munición (2005), Aún por recorrer (2006) y el círculo y la piedra (2006). Ha formado parte del consejo editorial de la colección "Nómadas" y de la revista Solaria, y actualmente de la bitácora digital Las razones del aviador.

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