TENSAR EL ARCO Y OTROS POEMAS


La editorial Bartleby acaba de publicar la antología poética "Tensar el arco y otros poemas" (1939-1987) del norteamericano Robert Duncan. Una buena oportunidad de conocer en España a este importante poeta casi desconocido para el público hispanoparlante. En palabras de su traductora, Marta López-Luaces:

"Robert Duncan, uno de los más destacados poetas estadounidenses del siglo XX, es conocido como el poeta marginado y exiliado, un perfil que él mismo creó y promovió. La poesía, tal como él la entendía, es una celebración del poder del arte:a través del lenguaje simbólico, se propuso recrear arquitecturas capaces de revelarnos otras realidades del ser. De este modo, los cambios de registro, a veces repentinos, exigen un lector especializado, dedicado al estudio de la poesía y sus diferentes campos de referencia. Su propuesta es altamente ambiciosa; para Duncan, el mito se instituye en el conocimiento ancestral que el poeta contemporáneo debe traducir a su versión actual, para permitirnos así regresar al origen. A través de una red de metáforas y símbolos, crea un universo verbal en el que se entretejen los mitos más diversos, desde la filosofía helenística y los textos gnósticos, a las obras de Shakespeare, o las citas de Alicia en el país de las maravillas. Tensar el arco y otros poemas es la primera de las obras de Robert Duncan que se publica en España y recoge una amplísima selección de sus trabajos poéticos."



Y como muestra me gustaría transcribir el poema El comienzo de la escritura, perteneciente a su libro de 1952-1953 titulado Escribir la escritura. Dice así:

una composición

Empezar a escribir. Continuar finalmente para escribir.
Escribir finalmente para continuamente empezar.

Para superar el comienzo. Para superar la urgencia. Para
superar el escribir escribiendo.

Sin nunca superar el comienzo. Ahora escribir escribir. No superar el comienzo.

*

El amor es a veces adelantar e incluir. El amor es a veces superar y no comenzar. El amor como una parte constante de algunas composiciones es imaginar la expansión del amor para incluir el comienzo como continuación.

Deseo : no en el escribir. Urgencia : en el no escribir. Mentir en la espera no escribir. El deseo es lo anterior no el comienzo del principio. La urgencia es un no sentir que finalmente comienza.

*

Cuando me imagino el no superar sino el incluir, el amar toma el lugar del deseo. Cuando diariamente me imagino comenzando continuamente, ser no es más
re-formar sino repetir.

Un gigante del día se despierta.
Un gigante de la noche se duerme.

¡Ser un universo! ¡Ser un universo!
Absorto en su continuo hablar.
Ser regresado al sueño.

Cuando me imagino a mí mismo como amante
el Amor está otra vez aquí, aquí digo,
hace su aparición durante el Día una vez más
desde el simple anhelo, pertenecer
al decir.
La mañana se transforma
silenciosa como las palabras al hablar:
un soliloquio de silencios audibles.

*

¡Un soliloquio! ¡Un soliloquio!
tanta frivolidad al hablar con los diferentes colores de luz, con las tretas
de personas imaginadas, en persona.

El gran Funcionario engreídorueda su eterna existencia como rueda
un bidón
sobre las medidas de un sueño desordenado.
Un habla desordenada.

1 comentario:

  1. En la década del 50 los poetas contraculturales norteamericanos advertían el vacío de la palabra que instalado en el inconsciente colectivo preparaba las condiciones para el vertiginoso bastardeo manipulador de almas como es dado observar en el desconcierto actual



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