RETALES, DE SONIA BUENO
re cortes
retales
hebras
retales (r)
(desierto)rueca
veladuras (epílogo)
Así estructura su libro la poeta Sonia Bueno. Estamos ante un extrañamiento del lenguaje. Una reconstrucción del habla precisa, problematizadora, por medio de la cual se nos da cuenta de las fragilidades del ser y su conciencia.
Pero este texto nos dispara hacia nuevos territorios. Otras posibilidades de lectura.
Me explicaré.
El biólogo y epistemólogo chileno Humberto Maturana, al reseñar las características de su paradigma autopoético, es decir, la autonomía operacional del ser vivo, nos insiste en comprender los sistemas como entidades relativamente autónomas y autoorganizadas donde no hace falta principio ni causa primera. Los sistemas autopoiéticos (como nos recuerda la antropóloga Eugenia Ramírez Goicoechea) “crean/seleccionan, dentro de ciertas constricciones, sus propias condiciones de existencia, un dominio de significación/determinación específico, su (s) entorno (s)”. El sistema existe sólo en virtud de su entorno, como extensión externa y resultado de secuencias de acción, como el contexto construido/seleccionado por el propio sistema para su desarrollo y devenir futuro posible. Pues bien, la poética de Sonia Bueno se comporta de manera parecida. A través de una reescritura en tensión, siguiendo los pasos de la estirpe mallarmeana, a mitad de camino entre el murmullo y el balbuceo, transpiradas las conquistas de la postvanguardia, se nos proyectan las posibilidades del decir en un proceso autoconstitutivo. La palabra de Sonia Bueno es un verso entrópico, aparentemente austero que, sin embargo, atesora la capacidad recursiva del desborde. No finalizan los versos donde supuestamente finalizan. No acaban los poemas en el silencio. Muy al contrario, se deslizan hacia nuevas fuentes del decir que retroalimentan el habla y la contextualizan. El viaje interior (introspectivo) es contaminado por el viaje exterior (la realidad). El pensamiento se amalgama con la emoción. De este modo lo que una cierta postmodernidad se ha empeñado en cronificar, es decir, el individuo agonístico como único sujeto histórico, en la poesía de Sonia Bueno queda transformado en nuevo agente epistémico, nuevo actor por medio del lenguaje que restituye las posibilidades de la intersubjetividad. Los retales, el hilo de Ariadna, las hebras quedan consignadas como posibilidades de alteridad, recursos indestructibles contra la simplificación del mundo.
Pero vayamos directamente a los poemas. Rescato aquí algunos para quién quiera acercarse a este magnífico libro:
callejón del aire. la luz tiembla (des)asistida —entiendo su duda. enciende a tientas / mi certeza
*
La voz reverbera — en la campana sin afinar / del ojo
*
agujas. Cansadas. Tan cansadas (…) deshacen los nombres antes de enhebrarlos
*
al espejo
regresa
el índice
donde su trazo
es
vibración
:vive
en
lo que agrieta
*
des-anuda islas
vetea con óxido sus canales
blandos
la memoria emerge
*
pesado. mal tejido —un velo. un velo que no es un velo. es una piedra. lisa. pesado. un velo mal tejido duele. pesa. pesan sus hilos. sueltos. delante de los ojos. pesan dentro de la cabeza. pesan. duelen. pesan.
y nada pesa
la aguja
b/aja/da
por la memoria
duele
Sonia Bueno (Melilla, 1976) estudió Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid, arte dramático, danza y producción audiovisual, y se licenció en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Forma parte del colectivo itinerante de poesía Lavarca Ebria. Retales será su primer libro publicado.
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