Siempre es motivo de alegría la publicación en España de un texto de
Philippe Jaccottet. Uno de los poetas más importantes en lengua francesa. Todavía recuerdo con viva emoción la lectura que, allá por el 2008, nos regaló en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Éramos muchos y desde entonces seguimos siendo muchos los que rastreamos sus libros con enorme fidelidad y respeto. En esta ocasión la magnífica editorial
Cuatro, y gracias al buen hacer de su traductor
Rafael-José Díaz, tenemos ocasión de adentrarnos en un volumen de reflexiones acerca de la experiencia poética. "
El paseo bajo los árboles" es un recorrido por las intimidades del pensamiento. Un modo de "poemática del pensar" por medio de la vista, el tacto, la mirada, gracias a los paseos por los alrededores de Grignan (en el sur de Francia), auténtico refugio del autor, no castillo ni torre, sino ventana al mundo enraizada a un paisaje natural y cultural que interpela y dialoga con su propia identidad subjetiva. Jaccottet no elude las contradicciones, los distintos deslizamientos que zarandean su poética y la atraviesan de dudas. Pero siempre desde una apuesta por conectar las dimensiones íntimas, herméticas e interiores, con los aspectos matéricos que nos rodean. Este libro se publicó originalmente en edición ampliada en el año 1961 (Mermod) y nos llega hoy por primera vez en castellano. Para ilustrar la precisión y sutilidad de pensamiento de este poeta suizo, me gustaría transcribir a continuación algunos fragmentos que esbozan la potencia de su escritura:
"Esto, como se supone, resulta menos fácil decirlo. Sin embargo, nos pasamos la vida como ciegos, sin atrevernos siquiera a preguntar con qué soñaríamos sin saber siquiera si tenemos cierta esperanza. Y, por otro lado, en caso de que tengamos alguna, sin duda nos incomode expresarla. Estas meras indecisiones dicen bien, en todo caso, que el mundo en que hemos elegido vivir no es un mundo ya hecho, ni tampoco un mundo que deba hacerse según tal o cual certidumbre; sino el mundo del tanteo obstinado, del riesgo interior, de la incertidumbre maravillosa. El problema, para nuestra mente, no sería tanto amontonar rocas, construir templos, cuanto abrir pasajes en los muros".
[...]
"Así, se podría llegar a pensar que la palabra que intenta huir de este mundo o superarlo se extravía y se adultera, de modo que traiciona a la vez el mundo en que tendría que haber seguido jugando, puesto que es su territorio, y lo Absoluto el lugar en el que no puede sino apagarse."
[...]
"Pues ese esplendor parece tener su fuente en la muerte, no en lo eterno; esa belleza aparece en lo que se mueve, en lo efímero, lo frágil; finalmente, la belleza suma tal vez brille en la extrema contradicción; en la contradicción llevada hasta el enigma y hasta un enigma que, si lo pensamos, debe parecernos también una locura: alas de mariposa, semillas, miradas... Debe observarse bien, ahora, que no intento en modo alguno volver mentalmente a un mundo razonable, explicable, ni siquiera aceptar ciertos límites; que más bien soñaría con una penetración de la mirada en el espesor de lo real incomprensible y contradictorio; con una observación a la vez intensa y distraída del mundo, y nunca, nunca jamás, con una evasión fuera del mundo."
Y nuevamente recurro a Wikipedia para dejar constancia de algunos datos biográficos:
Nacido en Moudon,
Jaccottet estudió Letras en Lausana, si bien pronto se trasladó a París, donde trabajó para la editorial Mermod, durante varios años. Muy joven, conoció al poeta
Gustave Roud, con el que mantuvo una importante y larga Correspondencia, 1942-1976.
Finalmente se instaló, al casarse en 1953 con la pintora
Anne-Marie Haesler, en una pequeña población, Grignan, de la comarca de Drôme, en la Provenza, para vivir toda la vida allí dedicado a la literatura y a la traducción. En ese mismo año, Jaccottet publicó su primer libro de poesía. Y ha seguido escribiendo —ensayos, críticas, prosas, poemas— hasta la actualidad. Hoy se le considera uno de los más grandes poetas vivos de lengua francesa.
Se han traducido al castellano varios de sus libros. Su ensayo
Rilke por sí mismo; una bella y extraña narración en primera persona, con un trasfondo existencial y ontológica:
La oscuridad, y varios libros de poesía, como
Cantos de abajo,
A la luz del invierno,
Pensamientos bajo las nubes,
El ignorante,
A través de un vergel,
Cuaderno de verdor,
Y, sin embargo y
Aires. La mayoría de estas versiones se deben al poeta y traductor
Rafael-José Díaz.
Por otro lado, Jaccottet ha hecho traducciones al francés muy reconocidas, sobre todo del alemán, pero también del italiano, español, ruso y griego. Efectivamente, tradujo a clásicos alemanes como Goethe o Friedrich Hölderlin, y a escritores del siglo XX como Mann, Rilke, así como la obra completa de Musil, de quien es gran especialista.
Pero asimismo ha traducido obras de Leopardi, y de Ungaretti o Carlo Cassola. A ello se añade una versión del poeta ruso Mandelstam, otra de Góngora, y un magnífico Homero: la Odisea.